Después de cruzarme la península en diagonal en un Alsa de madrugada, uno hace balance de estos días y no puede evitar dar las gracias a toda esa gente que hizo que me sintiera no como en casa, sino en casa. Yo me traje el sol del sur y era lo mínimo que podían hacer, claro.
A Fon, Manute, Jonas y toda la gente del Clandestino en Oviedo, por esa ciudad tan preciosa que tenéis y vuestra amistad. A Nacho, Juan, Beatriz, los chicos de La Torre de Babel y toda la gente que se acercó a verme en León y con la que compartí un día y una noche estupendos. Y en especial a Fabián y los suyos, que se ocuparon de absolutamente todo lo que uno puede necesitar cuando va a tocar tan lejos de casa.
Por soportarme; ESO es ser un triunfador:
Yupi!
ResponderEliminarYo iba pisándote los talones... Vi tus llamadas muy tarde -tuve un ligero percance con mi teléfono...-
ResponderEliminarUn abrazo!
aaaaaaaaaah!
ResponderEliminarestuviste en Oviedoooooooo!!!
cuando vuelva a España tienes que volver!!!!