3/8/10

En Abril del 2009 salió un disco que se llamaba “Campeones de Invierno”.
Un disco en el que pusimos todo el cariño del mundo, y hablo en plural porque sin el apoyo de La Casa con Ruedas y los demás amigos que participaron todo habría sido muchísimo más complicado.

El disco no salió en las tiendas. A pesar de contar con un sello discográfico independiente, realmente se trató de una autoedición: el trabajo casero de un grupo de amigos que creían en las canciones que estábamos grabando y querían enseñarlas al mundo sin supeditar su difusión a cuestiones económicas. La experiencia empresarial del sello nos decía que la mejor opción consistía en regalar nuestro trabajo por internet, para que llegara al mayor número de gente posible.

Después de casi un año y medio dando muchos conciertos en acústico, sonando en algún programa de radio que otro y teniendo pocas pero valiosas reseñas de nuestro trabajo, el balance general es cuanto a la difusión y repercusión del disco es moderadamente negativo. Y digo moderadamente negativo porque no hemos contado con la infraestructura necesaria para poder llegar a todos los medios posibles. No voy a quejarme de los problemas y prejuicios de la industria musical de este país, porque también ha sido clave mi falta de entrega. Dios sabe que no he pasado un buen año y que no he estado al cien por cien. Pero no por una cuestión de exceso de confianza, o de complejo de enfant terrible endiosado, como más de uno han querido ver. Simplemente no he sabido hacer las cosas de otra manera.

No obstante, me quedo con toda esa gente a la que, de una manera u otra, estas doce canciones les han removido algo por dentro, y me han acompañado, tanto presencial como incorpóreamente estos meses. Los colegas músicos, los seguidores, la gente de algunas salas, los chicos de los blogs. Los amigos. Las ex. A todos ellos, gracias.

Ahora, dentro de unas semanas, como ya sabéis muchos, voy a empezar a grabar mi segundo disco: “Oh, Beatrice (El Álbum de Fotos de la Nieve)”. Será en los nuevos Aeroplane Studios, como la otra vez, con Miguel Ángel Ruíz de piloto. Mentiría si dijera que he experimentado un cambio de mentalidad radicalmente esperanzador y que estoy más motivado que nunca. Pero, por lo menos, vamos a intentar corregir alguna de esas cosas que tan mal se me dan y que no tienen nada que ver con lo que a mí realmente me gusta: escribir canciones larguísimas.

Y eso. Que voy a hacer una ópera. Un disco gigante. Gigante como diminutas cerezas gigantescas.

1 comentario:

  1. Que eras un artista lo sabía, pero un artista de este tipo no. Te apoyo en esto y solo te digo que tengas paciencia, que con ésta, todo llegará.
    Sí, la verdad, es que son contadas las emisoras de radio que apuestan por el talento y se dejan de soplapoyeses. Yo escucho una desde hace un año llamada Radio 3 y suele oir mucho Disco Grande y a Julío Ruiz.

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